PEQUEÑAS Y GRANDES ARQUITECTURAS

abril 22, 2024

PEQUEÑAS Y GRANDES ARQUITECTURAS

Por: Isela Robles 

 

Hace unos días tuve la oportunidad de conocer una de las ciudades más importantes para el desarrollo y comercio de los Estados Unidos, así como para la arquitectura mundial. Sinceramente, no era uno de los destinos en mi lista de deseos, pero tampoco iba a rechazar la oportunidad de visitarla. A pesar de ser marzo, el clima era lo suficientemente frío como para que yo, una mujer acostumbrada a un clima casi tropical, tuviera que llevar guantes, gorro, abrigo y bufanda. Aun así, salimos a descubrir la hermosa ciudad de Chicago, que nos mostró toda su belleza. Sus edificios y rascacielos junto al paseo del río son verdaderas proezas de ingeniería y, además de eso, todos son hermosos, cada uno más que el otro, en una verdadera competencia de maestría y arte arquitectónico. Grupos de arquitectos de todo el mundo se organizan para deleitarse con estos bellos testigos de la historia de la ciudad, y no es para menos. Estos edificios nos pueden contar mucho más que solo la manera en cómo fueron hechos.

Joyas arquitectónicas como el emblemático edificio de estilo Art Decó que perteneció a la Carbide & Carbon Co., construido en 1929 con un remate de oro en su parte superior, o las dos torres del Marina City (1964) situadas a la orilla norte del río, que tienen una forma muy particular como de conchas superpuestas. Otros juegan con el reflejo del río en sus cristales. Son tantos y tan diferentes en sus formas y propuestas que hacen de esta ciudad algo asombroso. Sin embargo, la joya de todas, desde mi punto de vista, es el edificio de la Biblioteca Pública de Chicago. Tal vez por fuera es bello, pero por dentro sorprende con sus miles de mosaicos multicolores e iridiscentes que reflejan majestuosamente la luz, coronados por un espectacular domo que quita el aliento en el llamado Preston Bradley Hall, todo diseñado y realizado por la Tiffany Glass & Decorating Company bajo la supervisión de Louis Comfort Tiffany (1848-1933), efectivamente, de la misma empresa que conocemos por la elaboración de joyas. El trabajo de vidrio y mosaicos fue fabricado en su estudio de Nueva York bajo las órdenes de la talentosa Clara Driscoll y su equipo, quienes daban vida a las lámparas y otros objetos de vidrio, como este magnífico domo. Este salón demuestra la calidad de diseño, detalle y manufactura que crearon la gran reputación de Tiffany, apreciada por generaciones hasta nuestros días. Dos mil ochocientos cuarenta y ocho cristales facetados, como si fueran verdaderas joyas, en un patrón de escamas que en el centro muestra un gran rosetón enmarcado por un círculo con los signos zodiacales, es lo que compone principalmente esta magnífica pieza. 

La arquitectura ha sido una notable fuente de inspiración para muchos artistas y diseñadores, incluidos los de joyería, quienes también nos hemos basado en formas arquitectónicas de cualquier lugar y tiempo para realizar nuestro trabajo. Yo misma tengo un par de colecciones inspiradas en ello: "Cúpulas", inspirada en la original cúpula que corona el edificio diseñado por El Ingeniero Miguel Ángel de Quevedo en 1909, originalmente para las Fábricas Universales, ubicado en el centro histórico de la ciudad de México; y por otro lado, la colección "MAYAB", que tiene la esencia de las construcciones de las pirámides mayas, con sus entradas de arcos de medio punto y celosías en las paredes. Mi colega y amiga Leticia Llera basa mucho de su trabajo como joyera en la obra del maestro Luis Barragán (ganador del premio Pritzker de arquitectura en 1980) y sus extraordinarias casas, joyas arquitectónicas mexicanas contemporáneas de relevancia internacional. Y así, como puedes ver, la arquitectura y las joyas han convivido desde siempre, unas inspirando a las otras. Hay edificios que son verdaderas joyas y joyas que bien podríamos considerar pequeñas arquitecturas.

¿Y a ti, querido lector, qué edificios y joyas te inspiran? 

  

Ig: @ISELAROBLESJEWELLERY 



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